En Kolonial Post, Bryce, comienza a exhumar toda una serie de cadáveres y documentos en los que la distancia de la historia le permite a través de la selección y del montaje establecer toda una nueva idea discursiva respecto a los mismos hechos históricos. Por eso la disposición de los mismos crean unas nuevas sintaxis narrativas sobre el carácter imperial del capitalismo en expansión y la consolidación global de su carácter moderno, de carácter abierto y al mismo tiempo colonial.
De esta manera, encontramos desde portadas de publicaciones dedicadas a la expansión imperial alemana, como Der Kolonialfreund o Colonial Post, hasta retratos de los protagonistas de cada una de esas colonizaciones, junto a imágenes fotográficas de otro tipo de prensa y comunicación que existían en la época y todo tipo de imágenes que dan a conocer cómo las prácticas coloniales no finalizaron con el fin de la II Guerra Mundial, ni con el auge de los movimientos independentistas del “Tercer Mundo”.