El célebre Concierto para laúd, RV 93 de Vivaldi ha inspirado a Enrike Solinís en este programa por completo insólito, ya que ha tomado conocidísimas partituras concertantes de Bach, Haendel, Marcello y el propio Vivaldi, dedicadas al clave, el órgano, el oboe y el violín, y las ha transcrito para ocarlas él mismo con su laúd y su grupo.
El virtuosismo del gran músico vasco juega aquí en sus dos terrenos preferidos, el de la apropiación de repertorio ajeno y el de la ejecución de músicas de reconocida y abstracta calidad. Como reposo entre tanta pasión, una apaciguadora melodía de Eccles.