Las fotografías de Marcos López se caracterizan por ser puestas en escena, donde juega el rol de director teatral, con influencias del cine, de la pintura y de la fotografía documental clásica. En este sentido son un ejercicio subversivo y desmitificador que supone un reto para el espectador complaciente, el cual, lejos de disfrutar con la orgía cromática y mediática de las imágenes, experimenta una profunda desazón que resulta más turbadora que los tópicos sobre la pobreza y la identidad.
En esta muestra el artista lleva al espectador a un territorio estético que a priori siente el deseo de rechazar, en función de las definiciones de ‘buen gusto’, pero que al mismo tiempo le atrae de un modo irremisible. Llevadas a su extremo más kitsch sus fotografías se afianzan en este espacio resbaladizo donde no siempre es fácil ni asentar un juicio de valor o gusto con solidez, pues en todas las imágenes fondo y forma entran en competencia y el contenido referencial se ve constantemente mimado por la puesta en escena.
Textos de:
Marcos López, Valeria González y F. Javier Panera Traducción de los textos, Mark Anderson y Julian Cooper