Según explica la propia artista, “las obras de Mundo raro hacen referencia a esos niveles de experiencia que no se deben traducir, a esos silencios de lo que ocurre dentro que nos previenen de convencionalismos y enriquecen nuestro conocimiento”. Todas las obras que componen la muestra transmiten sensación de ingravidez o de suspensión, características de los irreal, de lo onírico o intangible. Atrapan visualmente, pero a la vez se resisten a la mirada cuando son fotografiadas y no permiten una cómoda identificación o reconocimiento, a pesar de su familiaridad. Mundo raro evoca sensaciones incómodas, pero también deseos estimulantes y necesarios, imprescindibles en los uniformados tiempos que corren.
Textos de:
Concha Sáez