Rosa Lentini
Lo mínimo
(Paisaje con la caída de Ícaro, Brueghel)
Detrás de ti homínidos que
impusieron en la historia
sus rituales sus guerras
sus claudicaciones y los amores
de los que copiando bibliotecas
nos legaron algunos espacios
de incienso y lluvia
con días de cuerpos recogidos
ante un hogar de piedra
donde ensimismarnos
Pero heredamos la vergüenza como un fruto
del primer árbol prohibido
ese territorio al que
no tienes que volver solo estar en él
aunque creas posible un aire sin rastro
donde el camino recorrido desaparece
algo desenterrado una variante de ti
parecería una costura que se deshila
algo doloroso que está siendo separado
y una carga de desafecciones
que indican que nada puede ser
de nuevo
reconquistado
y sin embargo
más remoto que un silbido en el bosque
mucho más remoto que una pregunta sin respuesta
arcana ya la lucha con el ángel
pero real
la caída diminuta del Ícaro de Brueghel
entre montañas
y en un tercer plano
las breves pinceladas de piedras
formando un túmulo
sesgado y escondido
en su recuerdo
Mira ahora hacia lo mínimo,
el instinto de supervivencia
de ese mínimo que inaugura el todo
una sinécdoque
Mira al gigante demasiado expuesto
como a un enfermo sin energía
la totalidad a partir de la parte
el pequeño ombligo del mundo
que contiene la colina
el poema que abarca
la tilde y la emoción
Nos arriesgamos, como colegiales,
ante la vida, mira al padre a la madre
la familia devastada
que aún crees poder abrazar
mira la lana y el rebaño
el desván y el edificio
el antes de nacer y la eternidad,
mira al árbol y la deforestación
de los hombros encogidos
mira la palanca y la pesa
Somos el secreto y la memoria de la luz
mira el día que jamás vendrá
como una aventura del amor
la caída lenta del mechón cortado
con la exactitud descriptiva del poeta
En cada célula
en el esperma
encuentra la ciudad
y en la noche que fuimos el cerebro
que se rompió y el sueño
más sublimado
Mira los mitos generarse a partir
de un deseo o un temor
Deja colgada tu rigidez
somos una sola tradición de mil danzas
Escucha en el silencio del hielo
el polo que acaba inundando la tierra
y en el ritmo del electrodoméstico de tu casa
la respiración del moribundo
mira a la marea ofrecernos un guiño fatal
o señalar la vida como una voz
que dice
dadnos raíces en este sueño
Mira a Brodsky superar el siglo
a Pound salir del manicomio
a Dylan Thomas desintoxicado
a Celan en sus fiestas familiares
mira a Emily saliendo de su jardín
a Virginia caminando sobre las aguas
a Alejandra convertirse en Alicia
a May respirar sus montañas y valles
a Sharon atravesar la boca de Satán sin quemarse
mira a Tess y a Raymond construyendo su tiempo en pareja
Somos poetas, un pequeño manojo
de cabellos grises
creando mundos,
hicimos un pacto con la palabra
nos comprometimos
y la tierra es hoy un ejército global
y un mar que se evapora
somos el aria del Pescador de perlas
y el dúo de la Barcarola de los Cuentos
de Hoffmann
el vuelo de la memoria y el sedimento
Dame un poco de la sangre de la mujer
donde se separa Dios de Dios
donde lo infinitesimal y lo infinito se reúnen
Dame algo pequeño algo sesgado
en el salto del toro sobre el hombre caído imagina
al hombre con el toro saltándole por encima
entonces, en el alma de la sinécdoque
y solo entonces
haz tu gran pregunta
(Inédito)
Rosa Lentini (Barcelona, 1957)
Poeta, traductora, crítica y codirectora, de Ediciones Igitur junto con Ricardo Cano Gaviria. Miembro fundador de las revistas Asimetría (1986-88) y Hora de Poesía (1979-95), de la que fue su directora. Ha reunido toda su poesía hasta 2014 en el volumen Poesía reunida 2014-1994 (2015). Sus últimos libros: El soplo del diablo y otros poemas (antología, Colombia, 2017) y Hermosa nada (2019); parte de sus poemas han sido traducidos al italiano, inglés, rumano, francés, catalán y portugués. Incluida en numerosas antologías, ha recibido en 2019 el premio José Luis Giménez-Frontín por contribuir a la labor de Acercamiento entre Culturas.
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